¿Quiénes fueron los Caxcanes? Una Introducción a su Rico Pasado
Los caxcanes, un destacado grupo indígena de la familia lingüística yuto-azteca, dejaron una huella indeleble en lo que hoy conocemos como los estados de Zacatecas, Jalisco y Aguascalientes.

Este pueblo, reconocido por su valentía y resistencia, estableció varios centros ceremoniales y religiosos que no solo funcionaban como núcleos de actividad espiritual y social sino también como fortalezas en tiempos de guerra.
Lugares como Nochistlán, Teúl de González Ortega, Tlaltenango, Juchipila, Jalpa, Teocaltiche y Aguascalientes destacan entre sus logros, sirviendo de escenario para la notable resistencia caxcana contra los conquistadores españoles liderados por Tenamaxtle.
Origen y Desarrollo: La Saga de los Caxcanes
La crónica de los caxcanes se remonta a los albores de la migración de los pueblos uto-aztecas, alrededor del 3500 al 2800 a.C., impulsados por la desertificación de Oasisamérica. A lo largo de los siglos, esta gran familia se dividió en varios subgrupos, entre ellos los caxcanes, quienes finalmente encontraron su hogar en el noroeste del México contemporáneo.
Durante el período Clásico, los caxcanes atravesaron un proceso de migración y asentamiento continuo, desplazándose hacia el sur de lo que es hoy Durango. Este viaje estuvo marcado por interacciones y conflictos con otros grupos indígenas, culminando en el establecimiento de lo que se conocería como Caxcania, una región definida tanto por su riqueza cultural como por su espíritu inquebrantable de resistencia.

La Guerra del Mixtón: Un Símbolo de Resistencia Caxcán

La resistencia caxcán ante los invasores españoles alcanzó su punto álgido con la Guerra del Mixtón (1540-1542), una revuelta liderada por héroes como Tenamaxtle. Este levantamiento buscaba rechazar la dominación española y preservar la autonomía y cultura caxcanas. A pesar de unir fuerzas con otros grupos indígenas en una lucha desesperada por su libertad, los caxcanes enfrentaron una derrota devastadora, marcando un antes y un después en su historia.
Organización y Poder en la Sociedad Caxcana: Estratificación y Liderazgo en el Corazón de Mesoamérica
La sociedad de los caxcanes, similar a la de otros grupos indígenas en Mesoamérica, no se caracterizaba por una complejidad extrema, sin embargo, contaba con una organización social y política bien definida. Estaba estratificada en varios niveles o roles sociales, que incluían a líderes, guerreros, comerciantes y habitantes comunes. Esta estructura social distinguía entre la nobleza, vista como superior por el resto de la comunidad, y la población general.
Los caciques o líderes, también llamados tlatoque cuando había varios en poder, desempeñaban roles fundamentales dentro de la sociedad caxcana, encargándose de la dirección política y las estrategias militares. En ciertos casos, el liderazgo estaba a cargo de mujeres bajo un sistema matriarcal, un ejemplo de esto es Tlaltenanpan, donde las figuras de autoridad femeninas recibían el nombre de tollitl.
En algunos territorios, los consejos de ancianos, denominados hueuehtlahtolli, ofrecían consejo a los líderes en decisiones clave, reflejando un modelo de gobierno que permitía un grado de participación colectiva y asesoramiento.
Organizadas en ciudades-estado que supervisaban aldeas menores y varias comunidades rurales, la estructura política y territorial de la sociedad caxcana era evidente. Con la llegada de los españoles, los caxcanes no constituían una entidad homogénea, sino que estaban divididos en múltiples ciudades-estado, cada una con su propio sistema de gobierno y organización social.
Entre los caxcanes, el señorío de Apcolco se destacaba como una entidad militarmente poderosa, controlando el valle de Nochistlán y partes de la sierra. Por otro lado, Xochipillan se distinguía como un centro comercial dominante, con influencia sobre el valle de Juchipila y partes del valle de Tuitán, evidenciando así la variedad de roles y especializaciones entre los diferentes señoríos caxcanes.
Centros Ceremoniales y la Vida Caxcán
El Cerro del Teúl: Un Centro Ceremonial Caxcán de Importancia Excepcional
En el corazón de su territorio, el Cerro del Teúl se erige como un testimonio de la rica historia de los caxcanes, siendo uno de los pocos lugares en América con una ocupación continua desde el 200 a.C. hasta el 1531 d.C. Este sitio arqueológico, significativo por sus tumbas de tiro, esqueletos acompañados de ídolos y ofrendas, y por albergar el horno de fundición de cobre más antiguo de Mesoamérica, ilustra la complejidad de la sociedad caxcana. Las estructuras descubiertas, incluyendo pirámides y restos de juegos de pelota, subrayan la importancia del Cerro del Teúl como un centro ceremonial clave.
La Comunión de Prácticas Ceremoniales con Otros Grupos Chichimecas
Los caxcanes compartían prácticas religiosas y ceremoniales con otros grupos chichimecas, como los tecuexes, en templos y centros ceremoniales estratégicamente ubicados en laderas de montañas o lugares elevados, utilizados tanto para el culto como para la defensa. Teocaltitán, cerca de Jalostotitlán, es reconocido como uno de los centros ceremoniales más importantes, enfatizando su rol en la práctica religiosa y en la resistencia contra la invasión española.
La Importancia Vital de los Centros Ceremoniales Caxcanes
Estos centros ceremoniales representaban el corazón de la vida caxcana, sirviendo como puntos de encuentro para rituales religiosos, intercambios comerciales y como bastiones defensivos durante conflictos. La preservación y estudio de estos sitios arqueológicos abren una ventana invaluable a las complejidades de la sociedad caxcana, ofreciendo lecciones sobre su resistencia y adaptabilidad frente a los desafíos coloniales.
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Muy interesantes los artículos, me gustaría saber el año de su publicación para citar. Gracias
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