La Interpretación del Tonalpohualli: Una Ventana a la Cosmovisión Prehispánica
El tiempo es una magnitud física que puede comprenderse desde diferentes perspectivas y bajo ciertos estándares universales. En la visión occidental, el tiempo se organiza en pasado, presente y futuro. Sin embargo, para los pueblos prehispánicos, el tiempo y su registro se conceptualizaban de manera distinta. El Tonalpohualli, el calendario prehispánico, es una muestra de esta visión única y compleja del universo.
El Tonalpohualli: Estructura y Significado
El Tonalpohualli es un calendario que combina 20 signos y 13 numerales para crear 260 elementos, formando un ciclo de 260 días. Este calendario no solo se basa en observaciones astronómicas, sino también en una profunda conexión entre el ser humano y el universo. Los 260 días del Tonalpohualli están organizados en trecenas, cada una de 13 días, que se repiten en ciclos para completar el calendario.
Cada uno de los 20 signos representa diferentes aspectos de la vida y la naturaleza, como animales, elementos y deidades, mientras que los 13 numerales agregan un matiz adicional de interpretación a cada signo. Esta combinación crea una matriz compleja que guía no solo el tiempo, sino también el destino y las características individuales de las personas.
Importancia Cultural del Tonalpohualli
El estudio del Tonalpohualli revela una cosmovisión donde el ser humano y el cosmos están íntimamente relacionados. Cada día en este calendario tiene un significado particular, asociado a aspectos de la vida diaria y espiritual. Esta comprensión del tiempo va más allá de la mera cronología, integrando elementos mitológicos, religiosos y culturales.
El Papel de Motolinía y Sahagún
Los frailes Motolinía y Sahagún fueron pioneros en el estudio y documentación del Tonalpohualli. Aunque sus interpretaciones estaban influenciadas por la visión europea, sus trabajos sentaron las bases para el entendimiento moderno de este calendario. Motolinía, por ejemplo, intentó clasificar el calendario prehispánico utilizando conceptos cristianos, mientras que Sahagún trató de enlazar el tiempo efectivo con el calendario prehispánico.
Motolinía describió el Tonalpohualli como un complejo mecanismo donde signos y numerales se relacionaban en ciclos de 13, 20, 260, 365 días y 52 años. Aunque su interpretación tenía un sesgo cristiano, su trabajo permitió a los historiadores acceder a una versión temprana de la estructura del calendario. Por otro lado, Sahagún, tras veinte años de estudio, expuso nuevos entendimientos sobre el calendario, aunque también encontró dificultades para reconciliar las diferencias con la cronología europea.
Lectura y Uso del Tonalpohualli
La lectura del Tonalpohualli requiere una comprensión de sus aspectos matemáticos, astronómicos y simbólicos. Este calendario se usa no solo para registrar el tiempo, sino también para realizar predicciones y adivinaciones. Cada signo y numeral tiene una influencia específica, y la correcta interpretación de estos elementos puede determinar aspectos importantes de la vida de una persona, como su personalidad y destino.
La cuenta del Tonalpohualli parece estar establecida por dos elementos: un numeral y un grafema que transmiten de forma conjunta un mensaje matemático y metafísico. Los tonalli se agrupan en 20 conjuntos de 13, y en cada grupo de 13 (trecena) el orden de inicio y final corresponde a un numeral. El significado de la trecena es determinante en la interpretación del calendario prehispánico, y la correcta lectura de ésta depende de tres aspectos básicos: el conjunto de grafemas, los 13 días, y la imagen de los 13 tonalli influenciados por ciertos signos.
Sistema Vigesimal y Dualidad
El sistema numérico del Tonalpohualli se basa en la vigesimalidad (base 20). Cada uno de los 20 signos del calendario tiene 13 niveles, creando una serie de 260 elementos. Esta sofisticación permite calcular ciclos astronómicos con precisión y relacionarlos con la condición humana. Además, el calendario refleja una dualidad en la interpretación del tiempo y la personalidad, asociando influencias diurnas y nocturnas a cada día.
Los pueblos prehispánicos concebían al individuo como un microcosmos a imagen y semejanza del macrocosmos. Esta visión implicaba que cada persona tenía un lugar específico en el universo desde su nacimiento, determinado por el calendario. Esta relación dual del calendario prehispánico entre los aspectos diurnos y nocturnos influye tanto en la suerte como en la inteligencia y carácter del individuo.
La Tonalpohualli dentro del Tonalamatl
El Tonalamatl y la Tonalpohualli son, sin duda, joyas de la sabiduría ancestral que nos dejan a todos boquiabiertos. No estamos hablando solo de un calendario, sino de una auténtica obra maestra que combinaba tiempo y destino de una manera que hoy día nos haría explotar la cabeza.
Tonalamatl significa literalmente "libro de los días" o "de los destinos". No es solo un registro del tiempo como el aburrido calendario en la pared de tu oficina, sino una guía completa de qué esperar en cada día. Si alguna vez te has levantado sintiéndote como si el universo te estuviera guiando, los antiguos mexicas podrían haber tenido una explicación para eso.
Por otro lado, tenemos la Tonalpohualli. Aquí, "pohualli" significa "cuenta". Así que estamos hablando de la "cuenta de los días". Este sistema está compuesto por 260 elementos, cada uno conocido como tonalli. Este término no se queda corto en cuanto a significado: suerte, destino, carácter, temple, y más. Es como una caja de sorpresas donde cada elemento del día tiene su propia personalidad y energía.
Imagina que cada día no es solo un número en el calendario, sino un ser con su propia influencia y carácter. Es algo así como si cada día tuviera su propio horóscopo, pero a un nivel infinitamente más profundo y detallado.
El tonalli es un signo compuesto. Esto significa que no importa si eres un lingüista o un profeta, si sabes interpretar las pinturas de estos signos, deberías llegar a la misma conclusión. Aquí no hay lugar para ambigüedades; el sistema está diseñado para ser claro y preciso.
En resumen, el Tonalamatl y la Tonalpohualli no son solo herramientas de medición del tiempo. Son un reflejo de una comprensión profunda y compleja del tiempo y el destino. Conectan elementos abstractos y concretos, y muestran cómo los antiguos mexicas veían el mundo: un lugar donde el tiempo y el destino estaban intrínsecamente entrelazados en un registro meticuloso que abarcaba todos los aspectos de la vida prehispánica.
Interpretaciones Matemáticas y Simbólicas
El Tonalpohualli no solo es un sistema cronológico, sino también un instrumento para interpretar el destino y la personalidad. La lectura "adecuada" del Tonalamatl, un libro relacionado con el Tonalpohualli, combina matemáticas con simbolismo, generando una lectura expresiva y simbólica. Los números y formas en el Tonalamatl representan cantidades, pero también tienen significados metafísicos y culturales.
El uso de diferentes herramientas de expresión, como formas geométricas y símbolos, optimizó un sistema de registro que combinaba escritura numeral con figuras y formas para crear pares, considerados números enteros. Este enfoque permitía una comprensión más profunda del movimiento espacio-tiempo y su carga energética en diferentes planos.
Las culturas prehispánicas, mucho antes de la llegada de los españoles, ya documentaban el paso del tiempo y ofrecían explicaciones de diversos eventos basándose en su propio entendimiento. Este meticuloso registro de acontecimientos se refleja en el libro Tonalamatl, cuyo nombre proviene de las raíces "tonalli" que significa "día o destino" y "amatl" que se refiere a "papel o libro". De esta manera, el Tonalamatl es conocido como el libro de los destinos. Su complejidad radica en su estructura, pues es una obra literaria ilustrada que también funciona como un compendio de adivinanzas y hechicería, conteniendo mensajes utilizados para realizar predicciones.
Aunque la interpretación "adecuada" del Tonalamatl debía hacerse mediante las matemáticas, la presencia de distintos elementos como formas, dimensiones, colores, materiales y su disposición, permite una lectura simbólica y expresiva. Hoy sabemos que para representar cantidades, no solo se emplean números, sino también letras, figuras geométricas, símbolos, entre otros. Por lo tanto, comprendemos que los pueblos prehispánicos, con sus variadas herramientas de expresión, perfeccionaron un sistema de registro que combinaba una escritura numérica con formas y figuras, formando pares considerados como un número entero.
Gracias a estos hallazgos, el Tonalamatl es estudiado en la actualidad como una forma primaria, aunque no rudimentaria, del entendimiento del movimiento espacio-tiempo y su carga energética en diversos planos. A continuación
se muestra un mapa en el que se expresan divididos los principales mensajes de la lectura del Tonalamatl:
El análisis del Tonalamatl hoy en día nos permite apreciar cómo las culturas prehispánicas lograron una sofisticada interpretación del tiempo y los sucesos, mucho antes de la llegada de los europeos.
La clave para comprender el calendario prehispánico reside en su sistema vigesimal, basado en 20 signos, cada uno asociado a gráficos relativos a una trecena. Este registro se relaciona con el equilibrio de la personificación del ser, tanto del individuo como del ciclo anual de 20 años. El Tonalamatl también revela que el ser humano es dual y que existen 20 formas distintas de describirlo: enseña que cada uno de los 20 aspectos del individuo se desarrolla en 13 niveles, resultando en una combinación de 260 elementos (13×20=260).
La sofisticación de este sistema numérico superó con creces la logística interpretada por el cristianismo, ya que no solo permitía calcular ciclos astronómicos con precisión y entender los ejes terrestres vinculados con la condición humana, sino que también brindaba acceso a la filosofía, religión, mitología, ciencia y tecnología de la cosmovisión prehispánica. El registro del Tonalamatl era tan preciso y eficiente que podía explicar por qué y cómo los días eran idénticos, y qué ventajas se podían aprovechar de dicha exactitud.
En la etapa prehispánica, el hombre se concebía a sí mismo como un "microcosmos a imagen y semejanza del macrocosmos", y se creía que cada individuo ocupaba un lugar específico en el universo desde su nacimiento, determinando así su modo de vida a través del calendario.
El Tonalpohualli en la Cultura Contemporánea
Hoy en día, el Tonalpohualli sigue siendo un objeto de estudio y admiración. Este calendario no solo es un testimonio de la avanzada comprensión del tiempo por parte de los pueblos prehispánicos, sino también una herramienta valiosa para la interpretación cultural y espiritual. A través del Tonalpohualli, podemos acceder a una cosmovisión rica y compleja que sigue resonando en la cultura moderna.
Aplicaciones Modernas del Tonalpohualli
La influencia del Tonalpohualli se extiende más allá de la academia. En la actualidad, se utiliza en prácticas espirituales y adivinatorias, y su estudio ha enriquecido nuestra comprensión de las culturas prehispánicas. Algunos movimientos culturales y espirituales modernos han incorporado elementos del Tonalpohualli en sus prácticas, reconociendo su valor como una fuente de sabiduría ancestral.
Bibliografía:
3 Sahagún, F. Bernardino de “Historia general de las cosas de Nueva España”, 3ª edición,
Porrúa, México, 1977. Pag. 315.
4 Los textos de Motolinía y Sahagún más los Códices Vaticano, Florentino, Borgia y
Borbónico, fueron la base para que múltiples historiadores pudieran acceder, de una
forma más libre, a los registros del tiempo de los pueblos prehispánicos. Hasta hoy se
conocen cuatro copias del “Libro de los días y de los destinos”, tres de las cuales fueron
sin duda elaboradas durante el siglo XVI.
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