Codice Boturini La tira de la peregrinación
El Códice Boturini, también conocido como el Códice de la Peregrinación, es un fascinante documento que narra la migración de los aztecas, un viaje épico desde Aztlán, su tierra ancestral, hasta la fundación de Tenochtitlán, el corazón del imperio azteca.
Este códice azteca, una de las fuentes más importantes para entender el origen y la odisea de las tribus aztecas, se despliega como un mapa narrativo, trazando la ruta y las peripecias que enfrentaron los aztecas en su búsqueda de una nueva tierra.
La migración de los mexicas desde Aztlán hasta el establecimiento de Tenochtitlán es un relato fascinante, pleno de mitos y hechos históricos. El Códice Boturini, una de las fuentes primordiales para entender este viaje, ofrece una perspectiva detallada sobre este épico recorrido.
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El Códice Boturini, nombrado así en honor a Lorenzo Boturini, un coleccionista e historiador del siglo XVIII que lo adquirió, es un tesoro histórico que ilustra con detalle la travesía desde Aztlán a Tenochtitlán. En sus páginas, se observa la influencia y la guía del dios Huitzilopochtli, quien, según la creencia azteca, instruyó a su pueblo en esta migración. El dios les prometió una señal, un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente, como el lugar para fundar su nueva ciudad, cumpliéndose así en la isla donde se estableció Tenochtitlán.
Desde Aztlán hasta Tenochtitlán

Los mexicas partieron de Aztlán, un lugar rodeado de agua, donde habían residido por un largo periodo. Antes de su partida, erigieron un templo dedicado al agua y al fuego en una isla de Aztlán. Este acto simbolizaba su conexión profunda con su tierra natal y sus creencias espirituales.
El mito de Aztlán
La mítica Aztlan ocupa un lugar central en la tradición oral y la cosmovisión de los mexicas, pero su existencia real ha sido objeto de debate entre historiadores y arqueólogos. Según la leyenda, Aztlan era el lugar de origen de los mexicas antes de su larga peregrinación que culminó con la fundación de Tenochtitlan. No obstante, no hay evidencia arqueológica concreta que confirme la ubicación o incluso la existencia real de Aztlan, llevando a algunos estudiosos a considerarla una construcción mítica más que un lugar histórico.
Este origen mítico servía como un elemento clave en la construcción de la identidad mexica. Como pueblo migrante que se asentó en el Valle de México, los mexicas necesitaban una narrativa que legitimara su presencia y autoridad en una región ya habitada por otros pueblos. La historia de un origen divinamente ordenado y una migración épica cumplía esta función, proporcionándoles una narrativa de destino manifiesto y elección divina.
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"Tlacaelel: Arquitecto de la Leyenda de Aztlan"
Durante el mandato de Moctezuma I, Tlacaelel, una figura prominente en la política y la religión mexica, jugó un papel crucial en la reformulación de la historia y la mitología mexica. Se dice que organizó expediciones para rastrear el origen de los mexicas, pero estas no lograron identificar un lugar concreto que correspondiera a Aztlan. Frente a la ausencia de un origen geográfico claro, Tlacaelel pudo haber enfatizado y posiblemente reescrito aspectos de la mitología y la historia mexica para fortalecer la posición de los mexicas como un pueblo elegido por los dioses.
Se les presentaba como portadores de conocimiento y civilización, destinados a establecerse en el Lago de Texcoco, donde fundarían Tenochtitlan.
Esta narrativa no solo legitimaba su dominio en el Valle de México, sino que también proporcionaba una base mítica para su expansión y su sistema de creencias. La llegada al Lago de Texcoco, marcada por la señal de un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente, se convirtió en un símbolo poderoso de su destino manifiesto y de su papel como centro de un vasto imperio.
El origen de los aztecas
Gracias al estudio del náhuatl, la lengua de los mexicas (aztecas), hemos logrado entender mejor su origen. El náhuatl pertenece a la familia lingüística Uto-Azteca, una de las más amplias y diversas de América del Norte y parte de Centroamérica. Esta familia abarca una serie de idiomas que se extienden desde el oeste de Estados Unidos hasta el centro de México, reflejando una rica variedad lingüística.
Raíces Lingüísticas de los Mexicas: La Conexión Uto-Azteca y el Origen del Náhuatl
El término "Uto-Azteca" o "Yuto-Nahua" sugiere una conexión geográfica y cultural que abarca desde la región de Utah en Estados Unidos hasta el corazón de Mesoamérica. Dentro de esta familia, se encuentran lenguas como las de los pueblos ute, paiute, shoshone y hopi, habladas en el oeste de Estados Unidos y norte de México.
Esta conexión lingüística ha sido clave para trazar el posible camino de migración de los antepasados de los mexicas, sugiriendo que su migración hacia el sur los llevó desde regiones en el norte de México hasta el Valle de México, donde eventualmente establecieron Tenochtitlan.
Este entendimiento lingüístico ofrece una perspectiva importante sobre las raíces y el movimiento de los pueblos prehispánicos, incluyendo a los mexicas, y resalta la complejidad de su historia y la expansión de su cultura.
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La Presencia de Huitzilopochtli en la migración
Un aspecto central de su migración fue el dios Huitzilopochtli. Los aztecas lo llevaban consigo, posiblemente en un envoltorio que contenía sus huesos o una figura de madera. Este dios jugó un papel fundamental en su viaje, proporcionando guía y protección.
Huitzilopochtli, de Líder a Deidad en la Peregrinación Mexica
Se cuenta que Huitzilopochtli, originalmente un caudillo azteca, lideró a su pueblo en su larga peregrinación. Tras su muerte, y a través de rituales chamánicos, fue transformado en una deidad, reflejando la fusión de liderazgo terrenal y espiritual en la cultura azteca.
Una leyenda narra que los aztecas, junto con otras tribus, acudían al cerro de Culhuacán para realizar rituales sagrados. Investigadores han especulado que este lugar podría estar relacionado con el mítico Chicomóztoc, conocido como el lugar de las siete cuevas. En uno de estos rituales, se escuchó a un pájaro cantar "tiwi tiwi tiwi", interpretado como una señal para continuar su viaje.


Este evento marcó el inicio de una nueva etapa para varias tribus, incluyendo a los Xochimilcas, Tepanecas, Acolhuas, Tlaxcaltecas, Chalcas, Tlahuicas y Mexicas. Aunque el Códice menciona siete tribus, otras, como los Cuitlahuac, Mizquica, Amecameca, Huexotzinca, Matlazinca y Malinalcas, también formaron parte de esta migración. Esto paso en el año 1 pedernal.
La narrativa de este mito varía según el grupo que la relata. Los mexicas, por ejemplo, se presentan a menudo como los líderes de esta coalición de pueblos. Adicionalmente, se menciona que durante su travesía, otras comunidades se unieron a ellos, expandiendo la diversidad y riqueza de esta migración.
Este relato no solo muestra la complejidad y variabilidad de la mitología prehispánica, sino que también subraya el papel central de los mexicas en la configuración de su propia historia y su relación con otros pueblos de Mesoamérica.

llegaron donde habia un gran arbol, se dispusieron a comer de pronto este arbol se cayo y las tribus tuvieron que salir de ahí. Despues les hablo su dios Huitzilopochtli y les dijho que las demas tribus se deberian quedar ahi, las siete tribus se quedaron muy tristes y los aztecas continuaron sun andar.
Encuentros y Conflictos
Durante su travesía, se enfrentaron a seres conocidos como Platos, divinidades que intentaron obstruir su camino. Estos seres fueron sacrificados por Huitzilopochtli, lo que demuestra la naturaleza desafiante de su viaje.
El Largo Viaje
Antes de llegar a Tenochtitlán, los mexicas se asentaron en diversos lugares, cada uno marcando una etapa importante en su travesía. Permanecieron en un lugar con dos montañas durante 26 años y luego continuaron su migración, estableciéndose temporalmente en lugares como Cuatitlán, Tecpan, Pantitlán, y Malinalpan.
Cautiverio y Lucha
Un capítulo dramático de su viaje fue cuando los guerreros de Colhuacán capturaron a los mexicas. Durante su cautiverio, fueron utilizados como mercenarios en una guerra contra Xochimilco. Esta experiencia no solo fue un periodo de adversidad sino también una oportunidad para fortalecer su carácter y habilidades guerreras.
Cultivo y Celebraciones
Mientras se asentaban en diferentes lugares, los mexicas cultivaban y cosechaban maguey, una práctica que muestra su adaptabilidad y habilidad para sobrevivir en diversos entornos. Además, celebraron varias fiestas del fuego, eventos significativos que marcaban etapas importantes en su viaje y su calendario ritual.
El Códice Boturini completo es un testimonio invaluable de la cosmovisión, religión y cultura azteca. Su valor reside no solo en su contenido histórico, sino también en su forma de representación gráfica, típica de los códices aztecas, que utilizaban una combinación de pictogramas, ideogramas y glifos para transmitir su mensaje.
Este códice, aunque incompleto en su estado actual, sigue siendo una fuente esencial para comprender la migración de los aztecas y su profunda conexión con lo divino, elementos fundamentales en la identidad y expansión de este poderoso imperio prehispánico.
El relato de la migración de los mexicas es una mezcla compleja de mito y realidad, que ofrece una visión profunda de su identidad cultural y espiritual. El Códice Boturini no solo narra una historia de un pueblo en movimiento sino también revela la resiliencia, la fe y la determinación de los mexicas en su búsqueda de una nueva tierra prometida, que eventualmente se convertiría en el poderoso imperio de Tenochtitlán.
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